1 ene 2009

INSPIRACIÓN DIVINA

La luz nunca fue tal hasta que me decidió desterrar,
El viento nunca sopló tanto hasta cuando pude gritar,
Gritar de tristeza por dejarte, por vivir,
Por ser tan amable conmigo y reír en vez de llorar.

Ésta es una clara manifestación de un grito reprimido a diario, o de una lágrima grata que busca un rincón siempre para no salir. Una ráfaga de vida de 3 décadas dio, como un suspiro hondo de Dios. Tu sacrificio insufrible, tu hospitalidad como la del mejor hotel del cielo y tu sonrisa como la de la más bella virgen.

Gracias ser divino, por haberme dado el privilegio de conocerte, la oportunidad de besarte, de brindarte mi cariño - aunque debo que reconocer mis muchas veces ingrato cariño-, por permitirme conocer a mi hermana y ser parte de ti.

Recuerdo mis brazos alrededor de tu pierna, derecha o izquierda lo mismo era, sujetando cariño y protección. Recuerdo llamarte como si me quitaran la vida por no querer separarme de ti. Recuerdo querer tomarte de la mano saltando por no llegar o divertirme viéndote hacerme muecas y diciendo cosas que hasta ahora no sé qué significan, riéndote, queriéndome, engriéndome, disfrutando y cuidando de mí a cada instante…hasta hoy.

Recuerdo muchas cosas, recuerdo tomarte de la mano y utilizarte de enciclopedia andante, preguntando hasta la más osada e inocente sin razón. También sé de nuestros paseos de tres, por mi hermana y de nuestras incursiones a “AZATO” a compartir más de nosotros. Recuerdo mi vida junto a la tuya. Tus tristezas y preocupaciones gracias a mí, mis metidas de pata y mis aciertos, mis locuras y las pocas bondades. Gracias por soportar tan fastidioso espécimen 9 meses… y hacerlo hasta ahora.

Un pequeñísimo homenaje a una mujer, un ser humano, una señora, un personaje, una Casanova … Grimanesa, mi madre.

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