31 may 2011

ENTIENDA...

Decía una canción: cómo te hago entender este sabor amargo que siento en mi boca cuando tú te marchas, cuando no sé de ti… cómo te hago entender ... ?


- ¿Cómo te hago entender que mis fibras nerviosas corren despavoridas cuando tu perfume se apodera del ambiente anunciando tu próximo arribo?


- ¿Cómo te hago entender que ese verde escondido de tus ojos me ilumina el pensamiento cada vez que mi corazón se acelera cuando te ve?


- ¿Cómo te hago entender, princesa verde, que aún no borro el beso sincero que tus irresponsables labios plantaron en los campos de mi mente?


- ¿Cómo me hago entender que tú, mi princesa, quizá encontró a su príncipe en un sapo y no en un camello?


- ¿Cómo te quisiera hacer entender que tus engreídas manos serían mías siempre?


- ¿Entender?, entender que mis comportamientos equivocados son porque no sé qué hacer cuando se trata de ti.


- Entender que sigo esperando, en silencio, callado y observando, mirándote cuando puedo, sintiéndote cuando lo permites, buscando excusas cada vez para acercarme a ti y haciéndome fuerte cuando tus ganas no necesitan de mí.


- Entendiendo cuando tu corazón se siente mal o cuando tus molestias sin tener qué, me afectan por tu comportamiento hacia mí. Encantándome tu engreimiento y siendo feliz engriéndote … y tú, entendiéndome.


- Entienda querida niña que mis ganas de ti seguirán allí, incrustadas, enraizadas entre mis venas, alimentándose de tu rostro y de tus cabellos, de tus manos que viven en mi recuerdo y de tus brazos alrededor mío; de tus textos inesperados, de tus ganas extrañas de extrañarme, de tus celos exagerados, de tu mirada esquiva, de tus pestañas que se cierran para molestarse conmigo y de tu voz que aunque renegada ahora, suena siempre en mí.


Entienda…