24 feb 2009

NORTE CHICO

Esperaba sin ánimo mientras decidías darte valor para acompañar mi confiado pensamiento a un punto cercano, dentro de Lima...al norte de donde ahora me encuentro. Barranca, ciudad pequeña 3 horas al norte de mi capital.

Yo pensaba en ser testigo de la primera muestra fotográfica de una casi prima y amiga, por el gusto de haber sido testigo de su evolución, orgullo ajeno si podría llamarse de alguna forma.

De todas formas encontré una noche genial, gente divertida y tranquila, momentos graciosos y muy agradables, aire diferente, alcohol... y algunas otras cosas más. Pero lo más importante de todo o lo más significativo de esa noche, fue una niña.

Llegamos (unos amigos y yo), suponiendo tardanza de nuestra parte porque arribamos 30 minutos tarde de la hora que aparecía en la invitación, perdidos, paisanos, recién bajados, burros, buscando sin encontrar, encontrando a media cuadra de donde nos escupió el bus.

Con la espera la necesidad de alcohol se hacía evidente...no sin antes pasar por alto las necesidades caprichosas de algunos cerebros por estar chinos de risa. Por fin empezamos a ver gente conocida, en realidad no mucha, la verdad es que la desconocida fue más atrayente, por lo menos para mí.

Me asignó el destino una asistente de fotografía en la galería, un ser humano de 1 metro de estatura...quizá más, a lo mejor menos, de cuatro envidiables años, cuando aún te cuidan, cuando aún te pegan por hacer travesuras. Niña ella se convirtió en mi modelo de paso, en mi musa asolapada que buscaba un retrato, que buscaba hacerle caso al destino en el que inmerso estuve.

Todo lo que pasó entre su desaparición en ese momento y conocer a la hacedora de sus días, obviaré. Saltearé los detalles, saltearé los antes pero no los después.

Gracias a ese viaje, pude ver una película sin verla, pude ver cómo se retrasaba un reloj de letras verdes, pude bañarme nuevamente con un cariño sincero, aunque mis amigdalas sufrieron las consecuencias, contento casi estoy por su celosa risa por su traviesa mirada y su tosca muestra de cariño.

Nunca más volví a ver a ese angelito (que por cierto era tosca igual que su aquella) pero besha también como esha.

Amanecí contento, regresando con una flecha atravesada, en mi cabeza, con dolor de cabeza, pero no por esa flecha, sino por la cabeceada en el terminal antes de irme.

Lo demás es la continuación de este cuento, que sí me gustaría cerrar, en el que sí me gustaría creer. Es real, tan real que su mirada avanzó hacia dentro, que su sonrisa disfraza su ausencia, que su molestia se puede entender y sus caprichos aceptar...sólo algunos, no te alucines...jaja.

Gracias pelo'eloca, por haber leído esto a tiempo y haber ido a ver I/ONE, aunque tarde parecía.

20 feb 2009

UN ÁNGEL VERSUS EL MISMO DE SIEMPRE

Si la ALEGRÍA DE DORMIR ESCUCHÁNDOTE fuera eterna, no tendría el privilegio de dormir mirándote, cosa que nunca pasó. Es tan extraño sentir algo por alguien que nunca te dio lo que pediste, lo que esperabas, lo que esperaste.

Pasó de una compañía casual a ser el amor de tu vida, entre sueños y llamadas, entre risas y sinceras muestras vocalizadas de cariño. Pasó de ser una compañera ya no casual sino más bien fiel y constante, a ser el amor de tu vida, entre silbatos fastidiosos y distancias igual de fastidiosas pero comprendidas.

Queda claro una cosa…el amor de un ser humano y un ángel no puede darse…no son de la misma especie, no pueden encontrarse, a menos que el primero muera para elevarse a su altura o el segundo renuncie al orgulloso ambiente en el que agita sus alas y su belleza engreída y celestial, para convertirse en un ser mortal y de naturaleza sencilla y luchadora.

Los ángeles no luchan, tienen el poder de decidir porque también poseen el apoyo incondicional de quienes engríen sus caprichos y sus decisiones muchas veces equivocadas. Me pregunto ahora, ¿serán felices los ángeles?, ¿sentirán amor como nosotros? Si ellos todo pueden tener, si ellos pueden cuidar sin temor a causar daño, si ellos pueden dejar fluir el amor de una persona y dejarlo sin más conciencia…ellos tienen el poder de hacerlo. Debe ser que Dios les da esa fuerza para dejar al humano que cuidan flotando en sus ilusiones y en sus nubes espumosas de forma de corazones.

No son capaces de asimilar que un humano les diga sinceramente lo que piensan de ellos, porque consideran que somos humanos. No pueden ser menos orgullosos, porque eso es parte de ese poder. Su belleza les permite agitar sus alas y partir cuando les plazca, cuando algo les molesta, cuando se equivocan y hay alguien lo suficientemente preocupado y sincero para decirles “te equivocaste” y como es derecho sólo de Dios hacer eso, no soportan que un “humano” lo haga.

Más que una inconsistencia, es una catarsis, un vuelco, un vómito de palabras contenidas, de sentimientos puros y resentidos por un amor inconcluso, por un amor que empezó de la nada y que terminó antes de empezar; y aunque el sentimiento se mantiene y la parte más terca de uno prefiere mantener la esperanza absurda de que seamos felices, mi conciencia y mi pobre orgullo fortalecido por los golpes de mi confianza…prefiere quedar así, morir y dejar, sumergirse y ahogar todos los sentimientos que generaste con esa MEZCLA MÁGICA e irresponsable, ese menjunje al que no le inventaste una pócima que revierta el resultado, que cure el mal de amor que me dejaste a mí y a mi AMIGO LG.