Insomnia_'08

Debo empezar agradeciendo al destino,
por entrometerse en mi camino y mostrarme ser tan divino;
que con gracia y coquetería se muestra en la insomnia
o en los minutos cuales quiera de mi agitada subsistencia,
que alegra con sonrisa espontánea las pupilas de un alocado,
ilusionado consumidor exagerado de su imagen.

Su realidad concreta, en oposición a la pura esencia de la imaginación cuando aún no existía para mí; y mientras en su misma materialidad aparecía en balcones virtuales para muchos navegantes interesados en encontrar a niña tan bella en barco tan abandonado, hacía de aquellos minutos en que me convertí en pirata, un inspirado comensal de tan exógeno bocado.

Mentira lejana de sentimientos encontrados se generan al ver tan cruel imagen de sensualidad natural e inocente sensatez que perturban a la persona más pulcra y sana de éste planeta… y de cualquier otro.

Imsomnia por ver entre mis dedos que tapan a medias la inconsistente e irreal presencia de un ángel que está tan próximo a mis narices, a mi pensamiento, a mi tranquilo sueño, mi tranquilo bostezo.

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La sonrisa es una herramienta muy útil para alegrar ángeles de una ciudad de altura, de una ciudad que casi toca el cielo, de una ciudad que se convierte en ombligo para el mundo. Angel blanco y de cabellos largos, con ojos de encanto y risa sencilla, pero bella… Cuándo fue que se fue? Cuándo fue que llegó? No lo sé, pero ahí sigue, aquí sigue…allá sigue, en su mundo de video, en su mundo de 29 cuadros por segundo, haciendo comida, gustando; sin uñas largas, con un brillo ajeno al de sus ojos, más cerca de sus labios y exactamente en su nariz.

Ella así se muestra, despreocupada y feliz. Contagiante e irresponsable por los infartos que puede causar, mientras que la luz rebota en superficies propias de la tersa frescura de su envoltura y en las paredes de la habitación que cobija su frío, que cobija sus sueños, sus intimidades, algunos de sus amigos, esos que no se conocen, él, que no ve pero observa.