24 dic 2008

COSAS DE NAVIDAD

Como todos los años, ya estamos 25 de diciembre. Pasó la noche buena y estoy aburrido, en casa, sin saber a dónde ir porque todo está cerrado y por si fuera poco el calor que deja sentir el sol, está más fuerte que nunca.

Extraño los 25 de diciembre cuando éramos niños, cuando salíamos a incendiar parques (fue sin querer), o cuando hacíamos vandalismo con mis primos y no habían serenazgos que evadir; o cuando le tomábamos el pelo a mi recordado abuelo (quien pocos tenía) tocando el timbre de nuestra propia casa y nos escondíamos a ver su cara de molestia… aquellas épocas. Claro que menos recuerdo las palizas que nos tocaba soportar después de tan irrespetuosas travesuras.

Recuerdo los cohetes y las tantas veces que estuvimos a punto de perder un dedo, un ojo, una mano quizá … otra vez, aquellas épocas, cuando aprovechábamos los cigarrillos que con tanta desconfianza nos daban los tíos para hacer gala de nuestra experiencia en el arte de prender una “mechita peligrosa” o un “cuetón” o mejor aún “una rata blanca” – Debo hacer un paréntesis aquí para ofrecerle disculpas a mi madrecita linda, quien sufrió tanto viéndome al lado de semejantes explosivos. Tan preocupada ella y yo tan emocionado e irresponsable – retomando, también éramos capaces de ganarnos un lapo por ceder a la tentación de meterle un toque a tan tentador pucho en nuestras manos. Cosas de la navidad.

En fin, son épocas que no volverán y parte de la navidad trata de eso. La melancolía y la felicidad se juntan en estas épocas para apabullarnos de sentimientos multicolores, como si nos tratáramos de un arbolito de navidad.

El pavo de rigor, con el mismo sabor de siempre y con la condena de saborearlo hasta que el último hueso quede limpio, o sea, hasta mañana 26. El chocolate y las mejores tazas de la vieja para servirlo, la mejor parafernalia se acomoda en mi departamento para recibir la llegada de Jesusín, quien nace cada año en millones de hogares.

Explosiones, adornos, árboles de plástico, juguetes, niños, adultos, ropa nueva, abundante comida, más explosiones y la promesa de felicidad y de un año nuevo siguiente con las mejores vibras son los deseos de todo quien viva la navidad.

FELIZ NAVIDAD PARA QUIENES TENGAN LA SUERTE DE SER FELICES Y UN MEJOR AÑO NUEVO PARA TODOS.

PD. Esta reciente noche buena, tuvo una cuota especial y como siempre, gratificante. La compañía alada de la serafina de la guarda. jeje.

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