3 sept 2018

Mi lápiz especial.

Así como en la fotografía necesitas de ese elemento importante para paralizar un instante de la vida en un soporte, algunas vidas necesitan paralizarse por un instante para disfrutar de ese mismo elemento que llega en un soporte impregnado de belleza y sencillez.

Elemento que me permite ahora impulsar mis dedos y dibujar estas líneas, pensando quizá en una imposible sincronía de velocidad, pensando quizá en el deslumbrante destello de sus perlas o en la suave brisa que ocasionan el movimiento de sus partes.

Algunas ráfagas llegan desde lejos y no sabes siquiera cuándo y cómo, sólo te deslumbran y te hacen pensar un poco más, te hacen escribir e imaginar escenas de portada, artículos enteros en los que sólo tú eres el espectador... y el más privilegiado.

Sólo un rayo en mis ojos desde los suyos es premio suficiente. Sólo una muestra de sus perlas en una sonrisa es ya el éxtasis del buen sentir. No imagino la fragancia próxima de sus cabellos ni las texturas propias de esa naturaleza. Enloquecería, por eso no imagino.

Por ahora sólo capturo esa efímera y sensible cuota de aire fresco que resulta de su paso, para traducirlos aquí.

Volví... gracias Luz.

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