… porque sin ti vuelvo,
a encontrarme con la soledad.
… porque me devuelves esas ganas de amar
… porque mis pensamientos cargan con tu nombre
… porque mis labios gritan por los tuyos
… porque mi pecho extraña tus latidos.
Te odio sin pensar hacerlo
te odio porque sigo escribiendo
te odio mareado y sincero
porque estás allí, mirando y lejos.
Por qué más podría odiarte?
Por haberme ofrecido tus irresponsables labios
O por haber jugado con mis manos…
… por navegar en mis venas y encallar en mi corazón.
Te odio por no poder cruzar esa línea tan delgada que nos separa del amor,
por no querer dejarte del otro lado y sobrevaluar tus palabras y detalles.
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