Una silueta de luz que silenciosa camina en aquellos pasillos,
en donde no ingresa el resplandor de una sincera sonrisa;
una silueta de luz que el viento con su sentido incierto remolcó,
por aquella rendija en esa ventana con un presente descubierto.
Sin ser sombra y siendo sutil, se deja ver con el esfuerzo natural de su propia existencia,
caminando, volando, flotando, sonriendo, iluminando oscuros pasajes,
con la única promesa certera de ser así, de sentir que así son los vientos,
inciertos, inesperados, casuales, pero con sorpresas gratas que traen a nuestros sentidos
aromas nuevos, hasta ahora lejanos, de sorbos dulces y bocados breves.
No es todo por ahora, las líneas de todas las vidas se siguen escribiendo, no solamente en hilos manchados de tinta, sino en el camino incierto de las casualidades que nos ofrece el viento de nuestras existencias y que nos lleva al encuentro de siluetas de luz que sin querer iluminan.
Sentí... escribí... sonreí...respiré.
4 dic 2013
21 ene 2013
EL AMOR...según yo.
Después de tres décadas y media de idas y vueltas creo poder
definir lo que significa el amor, no en su sentido etimológico, sino más bien
en su sentido verdadero, el real concepto de aquel sentimiento que mata y que
hace vivir, por el que mueres y haces sufrir, por el que lloras y logras reír.
La descripción es realmente corta y difiere de la concepción
que se tiene del sentimiento lindo y con mariposas, de las luces de neón y los
artificiales fuegos de feria, de las cosquillas en el estómago y la
electricidad transmitida por besos y caricias.
Bueno, únicamente no es sólo eso. Creo más bien en el amor
como algo mucho más complejo, como una cápsula de sentimientos engranados de
tal forma que hacen posible una armonía rítmica que permite la integridad de
esa cápsula y hace que con el tiempo sea irrompible, siempre y cuando se
mantenga sincera y pura.
Es entonces para mí, una fusión de sentimientos, una mezcla
mágica de la que alguna vez presumí, una receta inconfundible que tiene como
resultado el sentir supremo: El amor.
Aparte del mutuo natural gusto y sentir bien de estar
enamorado de alguien con quien compartes la vida, está la tolerancia, la que
permite acoplar tu vida a la de esa persona, la paciencia, la cólera que en
momentos llega, las ganas de fastidiar y de sentirte fastidiado; la soledad que
toca a la puerta cada cierto tiempo y que algunas veces es necesario atender
por sana consecuencia; la solidaridad en momentos difíciles y acompañados de
tristeza; la alegría por los logros individuales y compartidos, el amor por la
familia nueva y el ímpetu por creer en metas en conjunto.
Una cápsula que no se puede corromper ni por sueños equivocados
ni pensamientos ligeros. Una cápsula que cura cualquier enfermedad. Una cura
sincera y sin maldad, perfecta en su resolución de problemas, llena de errores
y caídas, de motivos y excusas, abarrotada de respeto y sinceridad, de
paciencia, responsabilidad y entendimiento. Un poderoso antibiótico para el
odio… ese es el sentir supremo.
EL AMOR
Podría decirse de esta manera, que si se llega a sentir todo
esto en un periodo de tiempo, pero además se supera en sus momentos más difíciles, podemos decir
orgullosamente que se logró el amor.
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